TRANSPOLACIONES
16-17 diciembre 2013
La semana pasada viendo como estaba la zona de Polaciones de nieve y con nuestra afición a todo tipo de duatlones pensamos que podría ser buena idea ir desde Campoo hasta Peña Sagra, con esquís lo que se pueda y luego a pie. Por un momento nos planteamos hacerlo en el día, pero preferíamos aprovechar y ya que estábamos allí esquiar toda esa zona, así que decidimos hacer noche en Pejanda y de esta manera esquiar más tiempo por el otro valle.
Salimos del Refugio del Tres Mares el lunes sin prisa, sobre las 11, para evitar las caras norte totalmente congeladas. Las mochilas eran un poco diferentes: Angel con el gayumbo limpio (y único) en estilo ligero y Nando con su petate de 22kg y hasta ropa para salir por si acabábamos en el Paseo Pereda tomando un gintonic.
Bajando por las nortes con nuestro objetivo al fondo.
Llegamos arriba de la Tabla muy rápido, quitamos pieles y para abajo con cuidado que lo primero era nieve cristal. Aprovechamos las rugosidades para no acabar en Uznayo antes de lo esperado y casi sin parar estamos a 1.000 metros de altura en la pista al lado de Uznayo quitándonos los esquís. Creíamos que íbamos a tener que portear más, pero ha pasado apenas una hora y ya estamos con mucha tarea hecha. Nos ponemos a andar y por la carretera y tras 5km llegamos a Pejanda, donde dejamos el material que no vamos a usar por la tarde y reponemos fuerzas.
Se aprovecha cualquier zona deslizante al máximo.
Llegando a Uznayo.
A las 3 de la tarde salimos andando hacia San Mamés y en 30 minutos por un sendero que iba a ser como nuestro pasillo de casa encontramos la nieve y a Chus Aja y su mujer Ana que vienen de esquiar Cueto Cucón. Una parlada, cambiamos zapatillas por botas y esquís y en una larga travesía llegamos a la arista antes del Cuernón de Peña Sagra. Hacía mucho viento y dejamos los esquís en una roca y nos vamos andando hasta la cima a 2.046m, donde disfrutamos del atardecer y vemos cómo aprovechar la bajada al máximo.
Con el Cuernón al fondo.
Y Campoo a lo lejos ya…
Decidimos desandar parte de lo andado para tener una bajada lo más directa posible e intentando no acabar en San Sebastián de Garabandal por el viento que pegaba y ser protagonistas de un nuevo avistamiento de la virgen. La bajada aparte de la nieve espectacular nos hace disfrutar del anochecer con Campoo, la Cordillera y Picos enfrente, son de esas bajadas en las que piensas que esto es la leche…
Cambiamos otra vez de disciplina ya de noche y en menos de 20 minutos estamos en Casa Molleda en Pejanda, dándonos una ducha y preparándonos para la cena. Parece que teníamos hambre y devoramos la sopa, el cordero, el arroz con leche, las botellas de sidra, el orujo, los conguitos, etc. y a dormir que al día siguiente había más guerra.
Anochecer espectacular con casi luna llena.
Nos despertamos y también sin prisas remontamos otra vez hasta la nieve y nos enfrentamos a las interminables palas de Cueto Cucón. Como veíamos que en Campoo estaba el marrón metido decidimos aprovechar el día por allí, así que nos bajamos primero por la cara este hasta que se acaba la nieve, remontamos de nuevo al lado del pico y ya esquiamos la cara oeste hasta acabar andando de nuevo por el sendero a Pejanda.
Porteo casi veraniego, lo duro iba a venir después…
Allí hablamos con los compatriotas campurrianos y nos dicen que allí hace malísimo y el plan de enlazar por la tarde con ellos y hacer una nocturna el día de luna llena se cancela, así que nos ponemos morados a comer y beber que estamos muy lejos de casa y nunca se sabe. Hasta alguno se echa una buena siesta…
Cima del Cuernón de Peña Sagra, 2.046m.
Hablamos con el del bar y nos lleva en coche hasta más arriba de Uznayo, porteamos un ratillo y con esquís de nuevo por la pista que bajamos el día anterior. La idea inicial era volver por Tresabuela, dar la vuelta por Peña Labra y pasar a los Redondos y luego a Campoo, pero el tiempo no estaba ni para salir a tomar un vino. Cogemos un ritmo vivo e intentamos esquivar el viento que nos da de lado todo lo que podemos, hasta que a mitad de subida la cosa se complica y tenemos que poner crampones. La niebla no nos deja ver apenas pero llegamos muy bien al collado y en medio del aguanieve y el vendaval bajamos al coche de noche.