TREPADAS MEDITERRÁNEAS
6-13 Octubre 2013
Después de la expedición que hicimos hace años en estas mismas fechas a Mallorca y aprovechando que ahora contamos con la sabiduría de los “locals campurrianos” nos animamos a repetir visita.
Esta época es excepcional para escalar en Mallorca, aunque te pueden tocar unos días malos tanto de mucho calor como de frío. Por ejemplo, la semana anterior a que llegáramos hizo un bochorno permanente con más de 30 grados. Nosotros tuvimos suerte y nos hizo un poco de todo pero sin impedirnos acabar la tarea que veníamos a hacer.
Queríamos repetir algunos de los sitios donde estuvimos la última vez y también conocer nuevas escuelas, así que había que patearse la isla de un lado al otro. Los mejores sitios de psicobloc están en el este de la isla, pero también la Tramuntana al norte es una sierra espectacular. Para empezar calentamos motores en la “Oktoberfest” de Palma, en la que casi gripamos el motor en lugar de calentar.
El primer día nos vamos a Cala Varques, una zona mítica de psicobloc. Con sol pero viento echamos allí en día encadenando las vías fáciles, y es que hay que apretar bastante en esos techos. El agua hasta estas alturas del año está buenísima, aunque deja las yemas listas para irte a comer el bocadillo, mejor de pan Bimbo que sino con el de Orzales te salen heridas seguro.
Para el segundo día escogemos Cala Magraner, una cala de piedras a la que se accede tras 20 minutos de caminata, pero en la que apenas hay gente y tiene en su lado izquierdo una pared con más de 50 vías de escalada deportiva. Un auténtico lujazo de sitio, para mezclar escalada y baño en menos de 20 metros. Las vías están bastante pulidas, sobre todo las fáciles, porque se repiten mucho, pero son muy buenas.
El tercer día nos vamos a descubrir una escuela nueva a la que nos llevan los “locals” en Valldemosa, al norte de Palma. Tiene muchas vías de grado fácil y luego una pared con vías que empiezan en 6b buenísimas. Allí está un V+ que dicen que es el mejor quinto de la isla, pero que al final no probamos, y también unos 7a+ a los que se dieron unos cuantos pegues sin grandes éxitos, y es que el San Mateo pasa factura a todos.
Para el día siguiente, después de la actividad matinal de buceo o paseo (a gusto del consumidor), nos vamos a Santanyi, donde se puede hacer deportiva (las vías son difíciles) y psicobloc muy fácil. De camino se nos pone a llover pero al llegar sale el sol y con las apretadas que le metemos a esos techos nos hace sudar de lo lindo. Las pocas vías que probamos nos dejan los antebrazos potentes para ir a pegarnos panzazos a la zona de psicobloc. A pesar de ser vías muy fáciles disfrutamos mucho por el sitio, que tiene unas vistas magníficas para acabar la tarde.
Como habíamos venido a darlo todo decidimos no descansar que ya habrá tiempo de estar en casa cuando empiece el otoño de verdad en Campoo. Además, nos dicen que ha caído la primera helada en Reinosa y nos motivamos más para salir en manga corta por ahí, y vamos a conocer otra zona en el Puerto de Sóller, en el norte de la isla. El día anterior se había comentado que era una zona con unas vías de chorreras buenísimas y que en el pueblo se comía una paella deliciosa, así que cada uno se quedó con lo que más le interesaba y se hizo un poco de todo. Las vías son muy largas, de todos los grados y mirando al mar, y la paella también.
Encadenamiento masivo y a vista de paella.
Ya llegaba el final de la excursión y nuestros brazos lo notaban ya, se habían pasado los días volando. Nos acercamos a darle los últimos pegues a una zona en Bunyola que no aparece en las guías y que cuenta con pocas vías pero de mucha calidad. Super chorreras con buen agarre y vías de 30 metros para nosotros solos. Esto y un poco de karting y trail running nos dejan ya listos para la última noche en Palma, pero de eso ya no podemos contar nada. Como diría alguno «Ay, Señor Señor».